Son tres trabajadores de toda la vida, dos padres de familia. Son gremialistas de base, muy alejados del poder sindical de los Moyano o Caló. No están afiliados a partidos políticos ni son medáticos. Sin embargo, están procesados penalmente en una o más causas promovidas por alguna empresa del Estado u organismo del Poder Ejecutivo, como la Gendarmería Nacional.
| Fuente:Perfil.com
Perfil.com reunió a tres víctimas ade la criminalización de la protesta socil,un reclamo que inició la izquierda y que ahora se sumó la CGT de Hugo Moyano tras cruzar la vereda del kirchnerismo. Flavio Bustillo (ferrocarril Roca), Oscar Coria (Kraft) y Carlos Ruiz (Caterpillar) relatan cómo son perseguidos desde el atril de la Casa Rosada, por los popes sindicales (los tres pertenecen a gremios aliados del Gobierno) y la Justicia simplemente por manifestarse.
Un documento del Encuentro, Memoria, Verdad y Justicia (EMVJ) señalá que en el país hay 4.000 personas criminalizadas por reivindaciones socialesen todo el país. Desde 2008, el número es ascendente y el pico ocurrió en 2010, el año en el que fue asesinado Mariano Ferreyra.
El abogado de esa agrupación, Agustín Comas, señala que "cada vez que habla Cristina ya nos preparamos para ver qué cédula de notificación le va a llegar a tal o cual trabajador. Es una política de gendarme. Los juzgados sienten que tienen un aval cuando escuchan hablar a Cristina, Aníbal F. antes o Garré ahora criminalizando las protestas".
El caso extremo es la empleada del ferrocarril Roca y militante del PTSCarolina Noella Torrilla Hoppe. En diciembre de 2010, la ministra de Seguridad, Nilda Garré, la acusó con nombre y apellido "Hoppe, con H" aclaró en una rueda de prensa -casi en cadena nacional-, de ser responsablede los incidentes en Constitución. Pese a que sus abogados demostraron que ella no estaba allí ese día por una licencia psiquiátrica, la causa avanzó igual. Es más, Garré culpo a otro militante de izquierda, Jorge Hospital, por los desmanes, pero este estaba detenido por la propia Policía Federal un día antes de los disturbios.
Por eso, la abogada del EMVJ y del PTS, Myriam Bregman, opina que "el caso Hoppe demuestra cómo la “criminalización de la protesta” no es una entelequia sino una política concreta orientada desde este Gobiernohacia determinados sectores, fundamentalmente el sindicalismo de base, y que es leída claramente por los jueces como una guía a seguir ante manifestaciones políticas, gremiales, sociales", asegura
Flavio Bustillo. Trabaja hace 17 años como guardatren en el ferrocarril Roca, a cargo de la sociedad estatal UGOFE, y pertenece a la Agrupación Bordó. En el 2005 fue querellado por Eduardo Taselli, el presidente del ex concesionarioMetropolitano S.A., por reclamar el pase a planta permanente. Fue sobreseído, pero la Cámara Federal lo volvió procesar y ahora podría afrontar un juicio oral. Según denuncia, en 2010 fue agredido por una patota de la UGOFE.
"Hay una convivencia muy demostrada entre el Estado, estas empresas y la burocracia para atacarnos", denuncia Bustillo. Y explica que el caso judicial le provocó una ruptura de pareja y que hasta ahora no haya podido tener hijos. Eso no es lo peor: desde que lo denunciaron padece una soriasis, una patología psicosomática, que lo atacó en todo el cuerpo. Para colmo, este año fue suspendido con preaviso de despedido por hablar con CQC del pésimo estado de los trenes. Seis compañeros suyos murieron en los últimos años por esas deficiencias.
Oscar Coria. Tiene 48 años y 5 hijos. Despedido por Kraft en el conflicto de 2009 por pedir medidas de higiene en la fábrica de alimentación. Desde ese entonces no encuentra trabajo. "La causas impactaron de forma terrible en mi familia", asegura. Se frustró el cumpleaños de 15 de su hija y le quedaron deudas sin poder pagar. "Vivo haciendo changas", se lamenta.
Coria está procesado en cinco causas penales: una iniciada por la empresa y otras cuatro "armadas"-dice- por la Gendarmería Nacional, dependiente del Ministerio de Seguridad de Nilda Garré. Fue por manifestarse por la reincorporación de compañeros. "Por los denunciados de Pepsico pidieron cárcel; yo ni sé si hay peligro que yo vaya preso", conjetura con mucha resignación.
El padre de familia no exagera: su rostro apareció en fotografías del polémico "Proyecto X" con el que Gendarmería espió a manifestantes desde el mismo lugar en Campo de Mayo donde funcionó el siniestro Batallón 601 durante la dictadura. Su abogada, Myriam Bregman, fue -entre otras- quienes desenmascararon la inteligencia del Estado K.
Carlos Ruiz. Tiene 51 años y 4 hijos. Fue trabajador de Caterpillar y despedido por la multinacional ni bien se le acabaron los fueros como delegado. El Ministerio de Trabajo bonaerense ordenó reincorporarlo, pero allí no terminó el calvario. Por las asambleas y manifestaciones, Ruiz está procesado en tres causas penales. Finning Caterpillar le inició una y Gendarmería Nacional con la Policía bonaerense promovieron las otras dos.
Su familia también padeció la persecución judicial. Su hija adolescente tuvo que interrumpir sus estudios -Carlos era su sostén económico-. Además, el trabajador denuncia que "uniformados" se "pegan una vuelta" por la fábrica cuando hay rumores de despido. Según señala, el Ministerio de Trabajo de la Nación nunca lo atendió.
Contra el discurso K. "Me da indignación y bronca cuando escucho a la Presidenta. Se esconde la realidad. Se dice que se crean puestos de trabajo pero nada dicen de la enorme precarización de los tercerizados. Encima dice que somos terroristas", se queja Coria. "Es todo una mentira", sostiene Ruiz.
Por su lado, el ferroviario Bustillo recordó: "En 2007 Cristina prometió electrificar la línea Roca porque, según dijo, "era inadmisible" que se viajara como lo hacía ella cuando estudiaba Derecho La Plata. Pasaron cinco años y el ferrocarril está igual. Es más, está peor por el deterioro y la falta de mantenimiento". Y apuntó: "Carlos Tomada fue 18 años abogado de Pedraza, ¿de qué lado va a estar?".
(*) De la redacción de Perfil.com.
Un día como hoy, 43 años atrás, en la ciudad de Córdoba, una rebelión obrera y universitaria marcó el principio del fin del gobierno militar del general Juan Carlos Onganía. El Cordobazo fue un episodio inigualable en el siglo XX argentino, una jornada de protesta y violencia que logró poner en jaque a un régimen dictatorial.
Afectado por las repercusiones de la manifestación que ocurría a más de 700 kilómetros de la Casa Rosada, Onganía, que encabezaba la autodenominada Revolución Argentina, finalmente cedió a la presión. Así se desencadenaron los sucesos que culminaron en que, meses después, el general Alejandro Agustín Lanusse ubicara en la presidencia a Roberto Marcelo Levingston.
E¡n particular, esa mañana del 29 de mayo de 1969 se inició con un paro activo de las dos CGT de Córdoba. Enseguida, las fuerzas policiales se vieron desbordadas por un gran número de trabajadores que consiguieron la adhesión de grupos universitarios. También centenares de vecinos de clase media colaboraron con la movilización. Los manifestantes levantaron barricadas contra la policía. Horas después, los violentos enfrentamientos dejaron una saldo de una docena de muertos.
Onganía pidió a Lanusse, jefe del Ejército, que desplazara tropas del Tercer Cuerpo. Horas más tarde, el ingreso del Ejército redujo las acciones al barrio Clínicas, sede de decenas de pensiones estudiantiles. Además, se produjo el allanamiento de la CGT con la detención de varios dirigentes obreros, entre ellos, Agustín Tosco.
El Cordobazo tuvo un efecto multiplicador. Fomentó el accionar de distintas agrupaciones, algunas de las cuales derivaron en organizaciones políticas armadas como el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), Montoneros y las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), además de nuevas líneas internas en los partidos políticos y movimientos universitarios de peso.
Aquella jornada de mayo de 1969 constituyó un factor determinante para el debilitamiento y la posterior destitución de la dictadura de Onganía. El general fue finalmente depuesto en junio de 1970 por las tres fuerzas armadas (órgano supremo de la autodenominada Revolución Argentina), que designó al general Roberto Marcelo Levingston para ocupar el cargo de presidente.
ACTOS Y RECUERDOS
En Twitter, hoy el Cordobazo fue recordado hoy por historiadores, dirigentes políticos y referentes gremiales. Facundo Moyano replicó en la red social frases de Agustín Tosco, mientras que titular del gremio de los judiciales, Julio Piumato, remitió a crónicas de aquella jornada.
La ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, publicó: "Se conmemora hoy el aniversario del Cordobazo que fue la expresión militante en aquellos años (1969) de la toma de conciencia de un pueblo". Por su parte, la diputada del FAP, Victoria Donda, manifestó. "Asoma el sol, lindo día para recordar que hace 43 años una rebelión de obreros y estudiantes puso fin a una dictadura".
Esta tarde, diferentes organizaciones realizaránun acto en el centro porteño. El homenaje al emblemático levantamiento popular se llevará a cabo esta tarde en Corrientes y Callao.
En la ciudad de Córdoba, el Cordobazo será recordado con diferentes actos. La Legislatura cordobesa organizó el programa de actividades destinado a recordar los 43 años de aquella jornada. Hoy está pautada la proyección un audiovisual sobre el ex vicegobernador Atilio López, quien tuvo un rol protagónico en la histórica manifestación. Además, se pondrá en escena una obra teatral sobre la aquella gesta popular.
El Club Atlético Belgrano realiza un acto esta tarde en el que se evocarán los hechos del 29 de mayo de 1969, contará con la participación de la historiadora y becaria del CONICET Laura Ortiz, José "Lunita de Alberdi" Altamirano, vecino y referente del barrio y Agustín Tosco, socio del club y nieto del recordado gremialista, Agustín "Gringo" Tosco
A 43 años del movimiento de protesta obrera y estudiantil conocido como el Cordobazo, la Legislatura de la Provincia de Córdoba inició un programa de actividades para recordar la figura del ex vicegobernador Atilio López, destacando su importancia en la historia política, social y sindical de Córdoba.
Hoy, a las 18, en la sala Maders, se proyectará un audiovisual sobre Atilio López. Seguidamente, se llevará a cabo una representación teatral sobre la gesta popular del Cordobazo, a cargo de la compañía “Magia Verde Violeta”.
Atilio López fue asesinado a balazos el 16 de septiembre de 1974, oportunidad en que se conmemoraba el 19° aniversario de la llamada “Revolución Libertadora”, que derrocó a Juan Perón. En febrero de ese año, nueve meses después de que asumiera como vicegobernador de Córdoba, fue desplazado del poder junto al gobernador Ricardo Obregón Cano por una sublevación policial: el “Navarrazo”
CURSO PARA SER SECRETARIO GENERAL
De Agustín Tosco se ha escrito casi todo. En este nuevo aniversario de su fallecimiento, hemos optado por mostrar a Tosco por Tosco, opinando sobre distintos temas, para aquellos que no saben quién fue y para quienes se han olvidado que fue uno de los sindicalistas claves de los años 60 y 70. Entre muchas enseñanzas podemos citar: “Nosotros conceptuamos al movimiento obrero como una práctica eminentemente democrática, como una democracia que surge de las bases. Sostenemos que todo compañero que es representante de una organización obrera debe mirar más hacia las bases que hacia la cúspide. Más hacia el contenido de lo que reclaman los trabajadores, los sectores populares, que a las formalidades”. Asimismo, Tosco afirmaba que “el socialismo que reivindico tiene un perfil colectivo, se manifiesta en la vida en la fábrica, en el taller, en la vida cotidiana en el
AL NO TENER EJEMPLO DE DE SECRETARIOS GENERAL - TENEMOS EJEMPLO ATORRANTES DELINCUENTES Y CHOROS - QUE SE DICEN SER DEFENSORES DEL TRABAJADOR UNO DE ELLOS ESTÁN EN LA FOETRA Y FOESITRA - PONER UNA FOTO O NOMBRARLO SERIA DESONDRAR A UNA PERSONA TAN NOBLE QUE FUE ESTE SEÑOR.
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EN LA
CLANDISTINIDADTE VAMOS A DEROTAR
APRENDE DE QUIEN SOMOS
Agustín Tosco. A 36 años de su muerte. Apuntes para el debate (I)
Hace 36 años, en la clandestinidad y gravemente enfermo moría Agustín Tosco. El “Gringo” encarnó la pasión, el esfuerzo militante, la abnegación y la fuerza para soportar enormes sacrificios de una generación. Además representó, para la clase capitalista nativa y el gran capital extranjero que dominaba (y aún domina) la nación, una figura de la insurgencia obrera que recorría la Argentina y que se materializó en las calles, los lugares de trabajo y en la sociedad en general.
Tosco, como pocos, fue un protagonista central del período, atacado y perseguido hasta su muerte. Su valentía y la persecución sufrida no nos eximen de intentar un análisis crítico de los límites de la política que impulsó. Es preciso sacar lecciones de una época signada por el enfrentamiento abierto entre revolución y contrarrevolución, donde el “Gringo” tuvo gran protagonismo.
Hoy, cuando en Argentina vemos desarrollarse en el movimiento obrero al “sindicalismo de base”, atacadopor el gobierno, la justicia, la patronal y la burocracia sindical, sacar las lecciones del accionar de una figura (y de una corriente político-sindical) es central.
La extensión del tema nos obliga a dos cosas: en primer lugar dividirlo en ejes. En segundo lugar, y más importante, aclarar que se trata de apuntes para abrir un debate.
En este primer post vamos a desarrollar una crítica a lo que podemos llamar la concepción política de la revolución que expresó Tosco en el período 69-75. Esto implicó una política determinada sobre el peronismo que nos proponemos debatir en el segundo post. Finalmente (por ahora) en un tercer post vamos a señalar las consecuencias para el “sindicalismo de liberación” producto de esta política y los límites que esto conllevó en la vanguardia obrera.
Una concepción etapista de la lucha de la lucha de clases y la revolución
Como se ha escrito acá, el proceso que se abre en el año ‘69 está signado por el desarrollo de un ascenso revolucionario de masas con un protagonismo central de la clase obrera. Ascenso que enfrentó primero a la dictadura de la autodenominada Revolución Argentina y luego, de manera creciente, al peronismo en el poder. En este período las masas tendieron a cuestionar objetivamente la estructura capitalista nacional. Pero Tosco, más allá del discurso revolucionario y socialista, buscará en la práctica una alianza con sectores de la burguesía nacional en el camino de reformar el capitalismo argentino, intentando superar la opresión imperialista.
Desde su juventud se había identificado con el peronismo. Igual que la enorme mayoría de la clase trabajadora abrazó las banderas de la “justicia social” bajo el primer gobierno peronista, producto de las sustanciales mejoras obtenidas por los trabajadores.
Para Tosco, un aspecto esencial del peronismo será el antiimperialismo. Por eso, cuando al final del segundo gobierno de Perón, éste empezó un giro hacia una mayor relación con el capital imperialista, criticará “en el 54 y 55 adoptamos una actitud crítica hacia el peronismo (…) en la discusión sobre el petróleo estuvimos en la oposición” (pág.57).
Su antiimperialismo lo llevó a apoyar a Frondizi en el ’58, ya que el dirigente de la UCRI hizo una campaña con tinte nacionalista. James reseña que entre los sindicatos “existía también una simpatía ideológicafundamental con algunos principios básicos de la política desarrollista (…) el nacionalismo económico de Frondizi tenía paralelos en la experiencia peronista anterior a 1955”. El giro del radical hacia una política pro-monopolios, significará para Tosco una gran decepción. En una carta a Susana Funes escribía “el degenerado político A. Frondizi, el más grande estafador de las esperanzas populares. El único caradura que sostiene que el imperialismo tiene interés en ayudar a los países subdesarrollados”.
Pero el antiimperialismo de Tosco tuvo un límite marcado por su concepción de colaboración de clases.
Lucha antiimperialista y socialismo
El marxismo estuvo atravesado en el siglo XX, por debates acerca del carácter de la revolución social. Entre los aspectos del mismo se incluía la relación, en el curso de la lucha revolucionaria, entre la burguesía nacional y el movimiento obrero y las masas pobres.
Las corrientes estalinistas y maoístas como el PC y el PCR sostuvieron y sostienen para América Latina la necesidad de una primera etapa de “revolución popular” o “antiimperialista”, separada indefinidamente en el tiempo, de una segunda etapa de “revolución socialista” Esto implica la subordinación de los intereses del proletariado a los de la burguesía nativa.
Contra esa concepción, el trotskismo ha sostenido que“Con respecto a los países de desarrollo burgués retrasado, y en particular de los coloniales y semicoloniales, la teoría de la revolución permanente significa que la resolución íntegra y efectiva de sus fines democráticos y de su emancipación nacional tan sólo puede concebirse por medio de la dictadura del proletariado, empuñando éste el poder como caudillo de la nación oprimida y, ante todo, de sus masas campesinas”.
Una lucha a fondo contra la opresión imperialista implica la movilización revolucionaria de las masas, algo que la burguesía nativa no está dispuesta a realizar. Por eso se convierte en un freno a la lucha antiimperialista, quedando entonces planteada como una tarea de las masas bajo la dirección del proletariado organizado de manera independiente.
La lucha contra el imperialismo queda ligada así a la expropiación del conjunto de los capitalistas y a la construcción de un poder propio de la clase trabajadora y los pobres de la ciudad y el campo.
Burguesía nacional e imperialismo en el siglo XX
La historia mundial y de Latinoamérica demuestra cabalmente que la perspectiva de la revolución por etapas condujo a enormes derrotas y fracasos del movimiento de masas.
En América Latina sólo la revolución cubana de 1959 fue capaz de arrancar a las masas pobres del atraso y obtener conquistas que aún hoy, de manera cada vez más degradada, se mantienen. Pero tuvo que recurrir a los métodos de la dictadura del proletariado: la expropiación del conjunto de los capitales nacionales e imperialistas, “saltándose” abiertamente las etapas intermedias.
Una década antes, la revolución china había demostrado la misma dinámica: más allá de los objetivos iniciales de los revolucionarios, el proceso ulterior de enfrentamiento de clases condujo a la expropiación del conjunto de los capitalistas para garantizar la estabilidad del nuevo régimen.
Así, al inicio de “los 70”, la concepción etapista de la lucha revolucionaria había sido refutada no sólo por la gran revolución rusa de 1917, sino además por las experiencias china y cubana.
A pesar de ese enorme caudal de experiencia histórica, las corrientes estalinistas como el PC se mantenían en una estrategia etapista. A su izquierda un enorme conglomerado de corrientes (que fue denominado “nueva izquierda”) criticaba abiertamente ese reformismo.
Tosco, pese a no haber pertenecido formalmente al PC, coincidió en muchas de sus posiciones fundamentales. Su concepción fue esencialmente etapista, lo que lo llevaba a una política reformista. Esto, en el terreno práctico concluía en la búsqueda de alianzas con sectores políticos patronales, representantes de las capas burguesas oprimidas por el capital internacional. Al mismo tiempo, ponía un límite a la perspectiva de desarrollar una política independiente por parte de la clase obrera.
Esto lo podemos apreciar en algunas afirmaciones extraídas de sus discursos y escritos. En junio de 1969 dirá “Tenemos una inmensa fe en que el pueblo triunfará (…) Para ello la unidad combativa del Movimiento Obrero, del estudiantado, de los sacerdotes progresistas, de las fuerzas civiles y militares patrióticas, de todos los hombres y mujeres argentinos, es un factor de fundamental importancia”(pág. 282, resaltado nuestro).
En el ’73, “Estoy a favor de la lucha antiimperialista como un paso hacia el socialismo. En la Argentina, el socialismo está un poco lejos, pero la lucha liberadora, antimonopolista y antiimperialista está más cerca. En esa lucha se encuentran todos los sectores populares y, entre ellos, desde luego, hay sectores burgueses, propietarios de pequeñas y medianas empresas, pero no la gran burguesía ni la oligarquía que están vinculadas al orden imperialista…también los pequeños y medianos propietarios de tierras, todos estos tienen un papel que cumplir” (pág. 346, resaltado nuestro).
Pero la dinámica del proceso revolucionario argentino, abierto a partir del Cordobazo, se orientaba en un sentido contrario y puso sobre el tapete la necesidad de que la clase trabajadora construyera una organización claramente delimitada de la representación política de la burguesía nacional.
En busca de la “unidad popular”
Para Tosco, la alianza social “antiimperialialista” debía estructurarse en una alianza política concreta con sectores “de avanzada” de los partidos políticos patronales.
Dirá “No tengo mayores diferencias con el sindicalismo peronista que levanta las banderas de la liberación nacional y social de la patria (…) mi posición es el respeto a las diferencias partidarias y a la concreción de la unidad de acción en la lucha, recorriendo todos los caminos necesarios para construir una funcionalidad cada vez mayor entre las alas progresistas de esos dos grandes movimientos populares (peronismo y radicalismo NdR.) y el resto de los sectores políticos de izquierda” (La clase revolucionaria…Pág. 152, resaltado nuestro).
Su modelo de organización política para la conquista del poder, parece haber sido la Unidad Popular que llegó al gobierno en 1970 en Chile. En 1970, decía “En primer término es cierto que yo tengo simpatías por el ENA. En segundo lugar, el ENA es un germen de unidad popular. Nosotros no creemos que la unidad popular significa excluyentemente al ENA (…) la unidad popular necesita del peronismo revolucionario. Necesita del radicalismo y de los sectores que van hacia la izquierda” (La Clase…Pág. 238, negritas nuestras), Para una referencia al ENA, ver acá.
Tosco volverá a señalar esta idea en el VI Congreso del FAS al señalar que “con el FAS y otras fuerzas obreras, populares y democráticas, podremos construir el gran Frente político que sea la palanca indispensable que necesitamos para la liberación (…) Sostengo que desde el FAS y de otras concepciones frentistas, abrazando a hombres y organizaciones peronistas, radicales, sociales, comunistas, cristianas, intransigentes e independientes debe constituirse el Frente de Liberación Nacional para liberar definitivamente a nuestra clase, a nuestro pueblo y a nuestra Patria de la explotación y la opresión que imponen la oligarquía, la reacción interna y el imperialismo” (La Clase…Pág. 287)
Las citas que aquí relevamos (de las cuáles podríamos encontrar decenas más) dejan en evidencia que el objetivo de Tosco era avanzar en la constitución de un frente político y social de colaboración de clases, “desbordando” los reagrupamientos que no iban abiertamente en aquella perspectiva.
Este intento de conformar una “unidad popular” criolla implicará que Tosco se niegue a desarrollar al interior del movimiento obrero combativo, una política de delimitación con las corrientes políticas burguesas, centralmente con el peronismo.
Esto significaba, de hecho, poner un freno a las tendencias más radicales del movimiento obrero, algo que se va a expresar concretamente alrededor de los choques con los clasistas de SiTraC-SiTraM. Al mismo tiempo, estuvo lejos de ubicarse como un polo alternativo a los sectores que llamaban a confiar en que el gobierno peronista daría una salida a los reclamos de las masas.
Tosco, con su apoyo al ala izquierda del peronismo, terminó siendo funcional a la política (absolutamente impotente) que estos sectores impulsaron de presionar sobre Perón para obligarlo a ir hacia la izquierda, precisamente hacia donde el viejo General no quería ir.
Esto lo desarrollaremos más extensamente en el siguiente post.
EJEMPLO DE SECRETARIO GENERAL -
PAGINAS PRINCIPALES PARA AQUELLOS COMPAÑEROS QUE LO QUIEREN RETIRAR
DE SUS FUNCIONES TIENEN DERECHOS:
Encontras querido compañero Telefónicos un conjunto de leyes que muchos de estos atorrantes que están en el poder - no la saben porque si la supieran - estos animales burgueses te defendería:
Jurisprudencia fue creada por el solo hecho en ella están dos leyes muy importante la Constitución Argentina y la ley 20.774 que todo trabajador la tiene que saber que son superiores a cualquier convenio colectivo de trabajo:
Otra de las paginas mas buscada es la guia de las paginas publicadas - En ella observaras lo que no se debe hacer y quien es el que no te protege tu peor enemigos
http://diariotelefonico3.blogspot.com/
http://translate.google.com.ar/translate?hl=es&langpair=en%7Ces&u=http://www.postiar.com/post/20231/telefonica-lies.html
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De Agustín Tosco se ha escrito casi todo. En este nuevo aniversario de su fallecimiento, hemos optado por mostrar a Tosco por Tosco, opinando sobre distintos temas, para aquellos que no saben quién fue y para quienes se han olvidado que fue uno de los sindicalistas claves de los años 60 y 70. Entre muchas enseñanzas podemos citar: “Nosotros conceptuamos al movimiento obrero como una práctica eminentemente democrática, como una democracia que surge de las bases. Sostenemos que todo compañero que es representante de una organización obrera debe mirar más hacia las bases que hacia la cúspide. Más hacia el contenido de lo que reclaman los trabajadores, los sectores populares, que a las formalidades”. Asimismo, Tosco afirmaba que “el socialismo que reivindico tiene un perfil colectivo, se manifiesta en la vida en la fábrica, en el taller, en la vida cotidiana en el barrio y entre los trabajadores”
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“Son muchas camisas blancas; que arrancan por la avenida; llevando un mundo de piedras; como cerro que camina; Y el cerro quiere crecer; se le suman las camisas; y se le suman las ansias; de la América Latina!” (El hombre del mameluco, Los Olimareños)
De Agustín Tosco se ha escrito casi todo, abarcando desde su militancia gremial y política, discursos, escritos, años de cárcel, debates, luchas y actos en los que participó. Varios libros, ensayos, notas periodísticas, documentales y películas, abordan esos aspectos de su vida. Son conocidas sus definiciones ideológicas y políticas, conceptos sobre el sindicalismo de liberación, pronunciamientos sobre la unidad de los revolucionarios, oposición a la burocracia sindical, el tipo de revolución que propugnaba.
En este nuevo aniversario de su fallecimiento, hemos optado por mostrar a Tosco por Tosco, opinando sobre distintos temas, para aquellos que no saben quién fue y para quienes se han olvidado que fue uno de los sindicalistas claves de los años 60 y 70, y que nos ha dejado muchas enseñanzas.
Definió que en el accionar de los sindicatos “el reclamo económico solamente, era una trampa tendida por los explotadores. Este, el patrón, trataba de penetrar con esa concepción, la de pelear solo por el salario y otras reivindicaciones parecidas. Era la ideología del economicismo que se inmiscuía en el seno de las luchas de los trabajadores para desviar el problema central, la lucha de clases en el marco de la lidia por la liberación nacional, para terminar con la explotación del hombre por el hombre. Acabar, definitivamente, con explotados y explotadores, terminar con los sueños de los explotadores que quieren que los trabajadores trabajen de la cuna a la tumba.
“Los sindicatos históricamente no son el apéndice del sistema, sino que nacieron como respuesta a la explotación de un mundo eminentemente liberal. Las organizaciones sindicales fueron prohibidas, sus militantes perseguidos y encarcelados so pretexto de que conspiraban contra la libertad de trabajo, contra el libre juego de la oferta y la demanda, contra la libre iniciativa, y toda la historia de estas luchas del movimiento obrero organizándose se llama: "sindicalismo". Está teñida de sangre, de sacrificios, porque estas instituciones del movimiento obrero eran lo que expresaba las luchas por las reivindicaciones de carácter particular y general de los trabajadores. Ahora bien, el sistema evidentemente pretende transformarlos, usando a sus dirigentes traidores, para ponerlos a su servicio llevando en sí a toda la masa trabajadora. Eso es verdad, pero es completamente distinto que los sindicatos sean un apéndice del sistema como para que debamos renegar de ellos y dejar que sean usados por el sistema para frenar las luchas del sindicalismo.
“El dirigente obrero de hecho es un agente fundamental de la política. Los sindicatos deben llevar adelante una política. Una política que entendemos general y no partidaria, ya que las organizaciones obreras están compuestas por compañeros de distintos pensamientos políticos. La defensa del interés común de los trabajadores hace que la organización sindical en sí no deba ser partidaria, pero la clase obrera es para nosotros un agente fundamental en el proceso de liberación nacional y social argentino, y todo proceso de liberación nacional y social es esencialmente político. De ahí que debamos, los trabajadores, los representantes, actuar en la lucha política general, y al margen de una organización sindical, actuar dentro de los partidos políticos”.
Agustín Tosco, junto a otros dirigentes sindicales, en el 4º aniversario del Cordobazo
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En el debate sobre las distintos tipos de gremialistas, los diferenció claramente:
“Hay dos tipos, al menos, de sindicalismo. Uno el sindicalismo que denominamos participacionista o adaptacionista, que se mueve en forma dependiente y referencial al sistema. El que es de naturaleza eminentemente reactiva y que condiciona -todos sus actos según lo obliga la estructura del sistema y las medidas de los regenteadores del poder. Es el que espera que crezca el costo del nivel de vida para pedir aumento de salarios y que termina conformándose en la práctica con el aumento de salarios que la Secretaría de Trabajo autoriza.
“El otro, es el sindicalismo de liberación, que ha comprendido que debe ser un factor en la lucha por la liberación nacional. Es el que atiende tanto a la defensa de los derechos y reivindicaciones de carácter inmediato de los compañeros y que plantea la lucha contra el imperialismo internacional del dinero, en su manifestación concreta de monopolios de la producción, de la distribución, de los servicios, de las finanzas internacionales. Es el sindicalismo que asume una misión y una responsabilidad global, social y nacional. Que plantea la transformación revolucionaria de las estructuras y que reclama en lo inmediato que los grandes medios de producción y las palancas fundamentales de la economía sean de propiedad estatal -social y no privada-. El sindicalismo de liberación lucha en estos momentos contra los tres grandes responsables de la injusticia y de la opresión: el imperialismo, la dictadura y el participacionismo. A su vez levanta tres banderas de unidad y lucha: justicia social, soberanía popular y liberación nacional, que particularmente pueden tener otras denominaciones, pero que en el fondo, deben unir a todos los que luchan por una vida mejor, sean del color que fueren. El sindicalismo de liberación debe actuar en todos los terrenos, institucionales o no. Depende de la relación de fuerzas y de las circunstancias para la preeminencia de su accionar en un terreno u otro. Los sindicatos en cuanto instrumentos de la clase trabajadora no son apéndices natos del sistema. Este sí, quiere convertirlos en un apéndice morigerador.
“Pero la lucha de la clase trabajadora debe llevarse en todos los terrenos y no debe cejar su esfuerzo para que todos los sindicatos sean, en el ámbito sindical, sus canales reivindicativos, desde los cuales mucho se puede hacer para el cambio del sistema, al menos por ahora en Argentina y varios países del mundo dependiente. El sindicalismo de liberación asume su papel político general en su capacidad vanguardista, en unidad con los demás sectores populares, políticos, económicos y sociales (...)”.
Sus planteos sobre la democracia sindical y la democracia directa fueron contundentes: “Yo creo, que la democracia sindical es lo contrario de la hegemonía del dedo, sino por las asambleas de cada sector, cuerpo de delegados o generales únicos órganos soberanos que consolidaban y refrendaban la lucha del movimiento obrero. Nada podía sustituir a las asambleas, ellas son superiores a los cuerpos directivos. Desde las primeras prácticas me di cuenta que la elección del delegado era de vital importancia. Era el momento donde se ejercía la democracia obrera en forma directa sin intermediarios. El delegado es la raíz que nutre de savia al sindicato, que viene desde los socavones de la clase trabajadora. Una vez elegido el delegado, pasa a ser la voz de todos, el que transporta las ideas y las palabras de todos, él ya no es más él, él es todos los compañeros que lo eligieron para que lleve la voz del conjunto. Las cualidades debían ser muy sencillas; ser un buen trabajador y un mejor compañero.
“Ya sea en el terreno institucional, en el de la resistencia e incluso en la clandestinidad no hay otra relación posible que la democracia de bases. Es decir el contacto directo entre los trabajadores y sus representantes o dirigentes. La concienciación a nivel de bases. La reciprocidad del intercambio de opiniones. Las asambleas generales, las de sectores, las de unidades de trabajo. Claro que hay diferencias para una situación institucional, de resistencia o de clandestinidad. Pero en definitiva, en el terreno del sindicalismo, nada es válido sin la democracia de bases y la consecuente reciprocidad entre las bases y las direcciones. En todos los casos de manera tal que las bases sean las que decidan como protagonista de la vida y de los objetivos de su organización.
“Nosotros conceptuamos al movimiento obrero como una práctica eminentemente democrática, como una democracia que surge de las bases. Sostenemos que todo compañero que es representante de una organización obrera debe mirar más hacia las bases que hacia la cúspide. Más hacia el contenido de lo que reclaman los trabajadores, los sectores populares, que a las formalidades. Lo que si reivindicamos es nuestro derecho a la crítica, nuestro derecho a ir contra el burocratismo, nuestro derecho a que surja desde las bases, ya sea desde la Capital Federal o desde el interior el mandato a que nosotros nos debemos. Si los trabajadores de Córdoba luchan, si los compañeros por los problemas que padecen exigen plenarios de gremios confederados, nosotros, ¿qué decidimos?, pues ir a la lucha y realizar los plenarios confederados, todo por la defensa de la clase trabajadora”.
Frente a las transformaciones a realizar en esta sociedad de las injusticias, opinó que “En realidad la única revolución posible es la que cambie la propiedad de los medios de producción y de cambio, ahora en manos de entes privados y privilegiados, para colocarlos en manos de] pueblo. Es la revolución socialista, con sus características y su desarrollo histórico según las condiciones nacionales de cada país.
“En ningún país dependiente tiene la burguesía, su burguesía nacional, la posibilidad de desarrollarse, de desarrollar el capitalismo. En la época del imperialismo, los grandes monopolios o las sociedades multinacionales como se las denomina, son los que marcan el ritmo de la economía de los países dependientes y ese ritmo de la economía es evidente que continuará siendo dependiente. Nosotros no creemos que la política de la liberación pase por la política de la sustitución de los monopolios. Si bien hay contradicciones interburguesas, intermonopolistas, interimperialistas, hay a su vez un entrelazamiento que es el que va a condicionar permanentemente nuestra economía”.
Si algo se debatió en los años 60 y 70 fue sobre la violencia, y Tosco dijo: “Mi opinión sobre la violencia es la misma que ha sido definida por la reunión del Episcopado Latinoamericano en Medellín. Latinoamérica sufre de una violencia institucionalizada que oprime al hombre, lo frustra e impide su realización al mínimo nivel de la dignidad humana. Esta violencia ha engendrado su respuesta que en muchos casos corresponde -como dice Medellín-a una legítima defensa. Esto no significa sustentar como medio político la violencia ni como objetivo humano. Nosotros sostenemos que el hombre es un ser de paz que busca su redención. Pero en definitiva los grandes responsables de la situación en crisis, de violencia, no son los que actúan en respuesta sino quienes la generan basados en un concepto discriminatorio de la sociedad en la cual deben existir círculos privilegiados y grandes masas humanas postergadas”.
Algo que a desvelado a militantes y dirigentes durante años es poder superar los sectarismos, los personalismos y lograr la unidad de los que luchan, y para el “hombre del mameluco” esa fue una de sus principales preocupaciones: “Nuestra posición es que debe llevarse adelante la unidad de acción, la unidad en la lucha de todos los sectores populares, democráticos y revolucionarios y trabajar constantemente para constituir una fuerza capaz de expresar verdaderamente las aspiraciones de nuestro pueblo, de una transformación a fondo de su situación económica, política, social y cultural. El esfuerzo que hay que realizar es muy grande y evidentemente no resulta fácil concretarlo. Pero estimamos que en breve tiempo, por las propias necesidades históricas que se plantean, llegará esa unidad orgánica, plasmada, respetando las lógicas diferencias de enfoques y de práctica, y uniendo lo fundamental que es la común posición antidíctatorial, antioligárquica y antimperialista por la justicia social, la soberanía popular y la liberación nacional”.
No dejó dudas al definirse: “Soy marxista-socialista, sobre la base del materialismo dialéctico. Y en cuanto a lo político estoy por la unidad de las fuerzas de distintas tendencias, sin discriminaciones ideológicas, pero siempre deben coincidir con la liberación nacional de los arg
Sobre el papel de los trabajadores en los cambios sociales y políticos, planteó “Yo veo a la clase obrera como sujeto histórico de las transformaciones revolucionarias, de la sociedad, donde la vanguardia no está solamente en un partido político, sino en la única clase social capaz de generar esos cambios: la clase obrera.
“El sistema capitalista mundial concentra los medios de producción, pero necesita de una clase obrera que venda su fuerza de trabajo en el mercado laboral en forma vil. La resistencia a esa vil venta de la fuerza de trabajo genera la que se denomina lucha de clases, contradicción fundamental: entre la burguesía y el proletariado, entre explotadores y explotados.
“Sólo los explotados son los que pueden terminar con las imposiciones del sistema. Un sistema que utilizaba, y utiliza, los medios represivos, la persecución, imponiendo una ideología y una cultura que intenta desnaturalizar las necesidades de la clase trabajadora y el pueblo; inculcando formas culturales donde pregona la necesidad del apoliticismo y el egoísmo en sindicatos y durante la lucha sindical.
“El rol de la clase obrera no es participar como socio menor y subalterno en las esferas del poder de la oligarquía y de la reacción, sino impulsar las transformaciones revolucionarias que cambien en profundidad este sistema de opresión, de explotación y miseria. El papel de la clase obrera es ser vanguardia organizada y combativa de los demás sectores populares para lograr la liberación social y nacional de los argentinos. En este sentido, la vía antiimperialista hacia el socialismo es una necesidad del proceso de transformación, ya que la escalada represiva y reaccionaria lleva hacia el macartismo y la implementación del fascismo, que en un país o países dependientes son: la garra del imperialismo que se demuestra de distinta manera. El socialismo que reivindico tiene un perfil colectivo, se manifiesta en la vida en la fábrica, en el taller, en la vida cotidiana en el barrio y entre los trabajadores.
“Por otra parte, para mí, el papel que deben jugar los sectores progresistas, populares y los enrolados en el campo revolucionario, es que debe llevarse adelante la unidad de acción, la unidad en la lucha de todos los sectores populares, democráticos y revolucionarios y trabajar constantemente para constituir una fuerza capaz de expresar verdaderamente las aspiraciones de nuestro pueblo, de una transformación a fondo de su situación económica, política, social y cultural”.
También se le preguntó “¿cómo ves a la juventud que está luchando en las calles, fábricas y universidades?”, y respondió: “La juventud recorre un glorioso camino hacia un nuevo futuro. Hacia la nueva sociedad del hombre nuevo liberado. La inmensa mayoría de los mártires de la causa popular han sido jóvenes. La mayoría de los presos políticos y sociales son jóvenes. Este heroico y expresivo testimonio de su sagrado compromiso con los ideales del pueblo nos hace enorgullecer vivamente de la juventud argentina. De la juventud tomamos el gran ejemplo de su combatividad y de su incorruptible e inclaudicable posición”.
Consultado sobre qué objetivos perseguía como dirigente y como hombre, sostuvo: “Hago lo que hago porque quiero a la justicia. Si bien yo nací en una familia de pequeños propietarios y no he experimentado la injusticia que sufre tanta gente, tantos trabajadores, sé que no sólo lucha contra ella quien la padece, sino también quien la comprende. Claro que la represión la hemos sufrido nosotros también. Pero lo fundamental es que todos los que tenemos un concepto de justicia y equidad, debemos luchar para construir una nueva sociedad que permita al hombre salir de la enajenación a que lo conduce este sistema que afecta hasta el derecho de vivir. La mortalidad infantil, el analfabetismo, la deficiente sanidad, la falta de vivienda son parte de este esquema injusto”.
“¿Alguna vez se sintió derrotado?”. “Nunca. Y eso que he padecido dificultades muy serias: durante el Cordobazo, al ser tomado por las fuerzas militares y al ser condenado, al ser intimidado con amenazas de fusilamiento, al estar en prisión, al haber sido testigo, el 15 de agosto, de la evasión de Trelew... he pasado por dificultades difíciles, de gran tensión. Pero nunca me sentí derrotado, ni me voy a sentir, aún en las peores circunstancias.
“Ser pacientes, perseverantes y decididos”: “Nuestra experiencia nos ha enseñado que por sobre todas las cosas debemos ser pacientes, perseverantes y decididos. A veces pasan meses sin que nada aparentemente suceda. Pero si se trabaja con ejercicio de esas tres cualidades, la tarea siempre ha de fructificar: en una semana, en un mes o en un año. Nada debe desalentamos nada debe dividirnos. Nada debe desesperamos. Siempre, si trabajamos así, obtendremos buenos resultados. Nosotros tenemos pruebas abundantes de todo ello. Estamos absolutamente seguros que Uds. las obtendrán también”
“Y de pronto lo esperado; algo azul trepa la cima; son todos los mamelucos, que corren como la brisa; y salen de todas partes; y se acaba la mentira; y van como Eden cantando; cada cual pasa su vida”. (El hombre del mameluco, Los Olimareños)
La memoria donde arde
Agustín Tosco: “Con los trabajadores a la cabeza”
Palabras de un luchador. Palabras de un dirigente sindical insobornablemente leal a la clase, portador de una historia que resiste todos los archivos: Agustín Tosco.
En los actos solía saludar con el puño cerrado en una mano y la “v” de la victoria en la otra. Creía que el capitalismo no puede "humanizarse” y que sólo desde la unidad de clase, con los trabajadores a la cabeza de un proyecto de liberación continental, es posible la realización de la justicia social. Aprendió qué es “el socialismo” leyendo a la luz de una vela en una casa de piso de tierra en Coronel Moldes, un pueblo del sur cordobés. Estuvo preso, murió perseguido, lo enterraron en medio de un tiroteo. El “Gringo” Tosco estaba convencido que algunos muertos caen para seguir andando como banderas camino a la victoria.
Nació en su propia casa de las afueras de Coronel Moldes. Es el año 1930, en su familia solo se hablaba piamontés por lo que tarda en relacionarse con otros chicos. Pasa el día ayudando en las tareas de la quinta. No hay luz, el piso es de tierra, sin embargo en la casa hay una pequeña pero bien provista biblioteca que es de su padre que fue maestro. Las manos toscas, lastimadas de trabajar la tierra van abriendo página tras página un nuevo mundo.
Desde entonces, como el Che, el “Gringo” jamás deja sus libros y su máquina de escribir portátil. Va con ellos debajo del brazo, aún escapando de casa en casa, con los verdugos pisándole los talones en la clandestinidad.
Cursó la escuela secundaria en Presidente Roca, y ya era una dirigente en potencia cundo se recibió. Las autoridades del establecimiento nunca se perdonaron proponerle que hablara en la ocasión en nombre de los egresados. Tosco criticó durante el funcionamiento escolar y dijo que se negaba a recibir el diploma de manos del director. Una tremenda ovación de sus compañeros hizo imposible cualquier intento de disciplinamiento.
Ya trabaja en EPEC, la compañía de energía de Córdoba, como ayudante electricista cuando se inscribió en la Universidad Tecnológica. Después del servicio militar decidió dejar los estudios para dedicarse de lleno a la militancia sindical. Sus compañeros lo recuerdan “como un tipo algo melancólico que escribía poemas tristes”. Ese Tosco se terminó cuando lo eligieron delegado ya que “la lucha alegra, da sentido a la vida, no da tiempo a la tristeza”.
De origen peronista, Tosco termina definiéndose como marxista independiente. Si bien participó de actos del Frente Antiimperialista al Socialismo (FAS), no aceptó la candidatura a presidente por esa alianza que le ofreció Roberto Santucho en nombre del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT).
El dirigente de Luz y Fuerza Córdoba temía que su postulación dividiera a los trabajadores. En un famoso y recordado debate televisivo con el ex secretario general de la CGT, José Rucci, que lo acusó de “gorila”, Tosco respondió: ”Hay sugestivos motivos para dividir al país entre peronistas y antiperonistas. Nosotros pensamos que la división que debe hacerse no es ésa, sino entre quienes están consecuentemente con la lucha del pueblo y quienes están con la entrega”.
Ni por un segundo Tosco deja de marcar a fuego a lo que denominaba la burocracia sindical. “Rucci y su gente son prisioneros por sus compromisos con los detentadores del poder, presos de la custodia que les presta el aparato policial, presos en una cárcel de la que jamás van a salir: la de la claudicación, la indignidad y el participacionismo”.
Es un lugar común decir que no hay personalidad que resista un archivo. Tosco podría resistirlos todos. Ni siquiera los militares o las bandas fascistas del gobierno de Isabel Martínez, cuando allanaban el sindicato, tenían las esperanza de encontrar las pruebas de algún hecho de corrupción en que implicarlo. Hasta sus peores enemigos aceptaban su decencia. Para Tosco la práctica revolucionaria es inseparable de una celosa coherencia entre el discurso y la acción.
Periódicamente volvía a su puesto de trabajo en EPEC, y atendía las cuestiones del gremio de mameluco, en la sala de máquinas. Tosco junto al peronista a Atilio López y Elpidio Torres de la Confederación General del Trabajo de Córdoba, fue uno de los máximos referentes del Cordobazo, la revuelta popular que significó el principio del fin para la dictadura de Juan Carlos Onganía. El líder sindical que fue detenido y condenado a 8 años de cárcel por un Consejo de Guerra, convierte a la prisión en un altavoz desde donde habla a los trabajadores, los subleva, hace crecer la resistencia. Para aislarlo lo mandan a Rawson. Allí estaba cuando se produce la fuga de un grupo de presos políticos del penal y la posterior “Masacre de Trelew”.
Pasa a la clandestinidad, la muerte le sigue los pasos
Tosco no muestra demasiadas esperanzas en el gobierno peronista que llega después de la dictadura del general Alejandro Agustín Lanusse, especialmente después de que Juan Perón borra de su léxico toda referencia a la palabra socialismo. Sostiene que la voracidad del capitalismo en su etapa imperialista, sus empresas multinacionales, jamás permitirán un reparto de la riqueza más equitativo, ya que es en la mecánica misma del sistema, aumentar su ganancia, aún al costo de la mayor de las violencias.
Poco antes de la muerte de Perón se inicia el terrorismo parapolicial de la Triple A que, como a tantos otros dirigentes del campo popular, lo condenó a muerte. En febrero de 1974 se produce un golpe policial –el “Navarrazo”- que derriba al gobierno provincial democráticamente electo. Ricardo Obregón Cano y Atilio López, ambos peronistas revolucionarios son depuestos de su cargo. El último es asesinado poco después. Intervienen al Sindicato de Luz y Fuerza de Córdoba. Tosco pasa a la clandestinidad, la muerte le sigue los pasos.
Va de casa en casa perseguido por sus verdugos. Trata de caracterizarse pero fracasa. A pesar del peluquín con el que intenta caracterizarse, la gente lo saluda con cariño en la calle. El stress es enorme. Le duele la cabeza. Se desmaya seguido. Tosco no escucha al cuerpo, sigue, habla con los compañeros, trata de organizar. Trata de no atender a la enfermedad. Pese a esa tremenda voluntad la fiebre lo doblega, y se ve obligado a guardar reposo. Lo traen a Buenos Aires y creen detectarle septicemia. Nunca queda en claro de que muere ya que en el sanatorio donde lo tratan clandestinamente no queda historia clínica.
El secretario general de Luz y Fuerza de Córdoba muere en Buenos Aires el 4 de noviembre de 1975. Para velarlo en Córdoba se altera la fecha y el lugar de la muerte. Oficialmente, el dirigente deja de existir en la ciudad mediterránea el 5 de noviembre. Lo han llevado hasta allí en una ambulancia, sentado en el lugar del acompañante para que no lo descubra la policía.
El 6 de noviembre de 1975, Tosco es velado en el club Redes Cordobesas. A las 17.30 una multitud se ordena para acompañar el cuerpo hasta el cementerio de San Jerónimo. Un helicóptero sobrevuela la columna. Desde un Fiat 600 blanco comienzan a disparar contra la columna.
La gente corre temiendo una masacre. En esos días, aparecían nuevos ajusticiados por las bandas parapoliciales del gobierno de Isabel Perón y López Rega. Así recibió sepultura uno de los máximos líderes obreros que tuvo el país. En medio de una batalla campal, en una tumba donde ni siquiera está su nombre.
Artículo publicado en el Periódico de la CTA Nº 83, correspondiente al mes de diciembre de 2012
* Equipo de Comunicación de la CTA
barrio y entre los trabajadores”.
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